Los cinemascopes nos han familiarizado con esas películas hawaianas de paisajes maravillosos en las cuales moviendóse por playas doradas con fondo de palmeras y cocoteras, unos seres de piel color de la canela, vestidos con telas abigarradas de brillantes colores y adornados con inmensos collares de flores, entonan melancólicas canciones acompañándose de una Guitarra graciosa y pequeña que ellos llaman «ukelele»…
Lo que ya es menos sabido es que tuvieron una reina, de nombre extraño y poético, Liliuokalani, a la que su inspiración musical le llevó a componer muchas melodías, hoy populares entre los nativos de aquellas paradisíacas islas.
«Aloha, Oe!» es una de las más conocidas y de las más bellas cuando se sabe encontrar su ritmo lento y soñador. Será para ti, además, un magnífico ejercicio de «ligados».